Durante 46 años, Nicanor García ignoró que su nombre tenía siete letras y que la primera de ellas también encabezaba los de su país, Nicaragua, y de su padre, Norberto. Lo supo hace apenas ocho meses cuando fue alfabetizado.
En enero, una brigada de jóvenes universitarios de ciudades ubicadas en la ribera del océano Pacífico nicaragüense llegó a la remota y antigua aldea de Bilwaskarma, en la oriental y selvática Región Autónoma del Atlántico Norte de Nicaragua (RAAN), para alfabetizar a los indígenas de la etnia miskita que habitan allí desde hace siglos.
seguir leyendo en Rebelión
En enero, una brigada de jóvenes universitarios de ciudades ubicadas en la ribera del océano Pacífico nicaragüense llegó a la remota y antigua aldea de Bilwaskarma, en la oriental y selvática Región Autónoma del Atlántico Norte de Nicaragua (RAAN), para alfabetizar a los indígenas de la etnia miskita que habitan allí desde hace siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario