A tenor de lo que acontece en algunos países europeos -Grecia, España, Islandia, Portugal, etc.- en donde la deuda externa se revela como la casa última en la que se apoyan los políticos para la reducción –en el peor de los casos desaparición- de los derechos conseguidos por siglos de luchas obreras, se hace necesario estudiar y comprender al interior de los países empobrecidos –es el caso de Nicaragua- esa figura capitalista-colonialista y su efecto en el desarrollo económico, político y social de los pueblos –con los matices derivados de la propia realidad-; especialmente derivado del mayúsculo problema que supone poseer una económica pre-capitalista¹ que intenta industrializarse… para encontrarse nuevamente con ese obstáculo hasta hoy insalvable.
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